Todos nosotros somos consumidores, tanto de productos como de servicios. Hemos hecho parte del mundo comercial desde nuestra infancia y continuaremos siéndolo toda nuestra vida. Lo anterior es normal, pero no es necesariamente es lo más responsable. Hoy en día no basta con ser solamente un consumidor. El mundo nos está exigiendo ir un paso más allá y convertirnos en un consumidor inteligente. En Dame un Consejo te enseñamos cómo ser uno de una forma sencilla y lógica.
La idea de convertirse en un consumidor inteligente implicará, a corto, mediano y largo plazo, llegar a tener un mercado mucho más equitativo, eficiente y seguro. Un mercado donde se toman decisiones conscientes de parte tanto de los consumidores como de las empresas y negocios que venden los productos y servicios. De ahí la importancia de tener presente qué es un consumidor inteligente y cuáles son sus características.
No esperemos más. ¡Comencemos!
Consumidor inteligente: el camino hacia una nueva perspectiva comercial
Comencemos por saber qué es un consumidor inteligente. Este tipo de consumidores son reconocidos por ser capaces de tomar buenas decisiones de compra que respondan a sus propias necesidades. El consumidor inteligente podrá así tener claridad sobre la verdadera relación entre calidad, servicio y precio, uniendo estos factores con la experiencia de compra.
Ahora bien, el consumidor inteligente no solo se enfoca en las características del producto o servicio que está por comprar, sino que debe estar muy atento al contexto general de la misma compra. Esto implica la protección y seguridad de su información, la comprensión del funcionamiento de herramientas digitales y el efecto del desarrollo y consumo de dichos productos en nosotros mismos, los demás y, claro, el medio ambiente.
4 características de un consumidor inteligente para reconocerlo fácilmente
1. Se informa constantemente
Esto quiere decir, y como lo decíamos anteriormente, que el consumidor inteligente estará atento a todo el proceso de compra y al contexto en el que se crea el producto o servicio. Antes de comprar, cualquier consumidor inteligente investigará y comparará precios y calidad, para tomar la mejor decisión.
De igual manera un consumidor informado sabrá muy bien los riesgos a los que se enfrenta en el mundo digital. Conocerá sobre los crímenes cibernéticos y otros delitos. Esto también implica ser un consumidor activo, es decir, estar en constante comunicación con otros usuarios y conocer así sus experiencias.
2. Un consumidor inteligente es alguien consciente
Es fundamental que los consumidores entiendan a cabalidad los derechos, deberes y obligaciones a los que se comprometen en el momento de querer invertir en un producto o servicio. Las consecuencias de cada acción serán comprendidas y aceptadas de acuerdo con cada situación en específico.
Uno de los mejores ejemplos de consumo inteligente consciente es evitar al máximo guardar información en los ordenadores o exploradores. Al hacer eso también evitaremos que personas inescrupulosas accedan a ellos y debamos enfrentar consecuencias verdaderamente graves. Es ser consciente de que todo lo que hacemos implica una acción venidera que puede o no ser beneficiosa.
3. Ser crítico para consumir mejor
No dejarse convencer tan fácilmente sobre todo lo que prometen y ofrecen las campañas comerciales. Un consumidor inteligente tendrá la capacidad de razonar los mensajes y tomar decisiones lógicas basadas en las conclusiones de estos.
4. Consumir sustentabilidad y solidaridad
Debe ser una prioridad para un consumidor inteligente el elegir productos que sean mínimamente dañinos tanto para nuestra salud como para el medio ambiente. En la actualidad podemos encontrar toda clase de productos ecológicos, responsables con el ambiente y comprometidos con lograr un mundo mejor. Los encontraremos inmersos en categorías como maquillaje, cocina, higiene, entre otros.
Cuando somos conscientes de lo anterior, también haremos lo posible por apoyar —gracias al consumo— a empresas socialmente responsables. Estas empresas se comprometen a apoyar a las comunidades, generar empleo y fortalecer el vínculo con otras organizaciones sociales.
Algunos ejemplos de consumo inteligente a tener en cuenta
- Comprar alimentos orgánicos y saludables: Apoyarás a pequeñas y medianas empresas. Compraras más económico y beneficiarás a tu cuerpo y al medio ambiente.
- No salir de compras cuando te encuentras inestable emocionalmente: al hacer esto gastarás de más y no priorizaras tus necesidades sobre los deseos.
- Comprarles a empresas que utilicen materiales reciclados: estas empresas están comprometidas con ayudarte a llegar a un mejor estilo de vida y evitar la sobreexplotación de recursos.
- Ser consientes de que tenemos derecho a elegir y a ser compensados: esto significa que nadie puede obligarte a adquirir algo que no quieras y se te debe responder por la mala calidad de los productos o servicios.
Para concluir, vale la pena aclarar que el consumidor inteligente es, entonces, un consumidor integral. Esto quiere decir que es un consumidor conocedor de si mismo y de sus expectativas, además de ser un aprendiz ávido del funcionamiento del mercado y de los condicionantes del mismo. Todo consumidor inteligente actúa de manera responsable y respetuosa con las empresas y con los demás consumidores.
¿Estás listo para empezar a cambiar tus hábitos de consumo? Déjanos en la sección de comentarios tus impresiones sobre este artículo y las acciones que has puesto en práctica para enfrentarte con más responsabilidad al mercado. ¡Estamos ansiosos por leerte!